Clarividencia: mi vida como clarividente

Tener el don de la clarividencia puede ser agridulce para algunas personas. Existe mucha desinformación sobre esta habilidad. Muchos piensan equivocadamente que, como clarividentes, podemos “leer la mente” a conveniencia, o saber a ciencia cierta lo que pasará a futuro.

Cada persona viene con dones y habilidades que nos ayudan a destacar en ciertas áreas. Existen personas que, de forma innata son buenas con los números, o los idiomas, o conectan fácilmente con los niños, otros dibujan, tienen habilidades de reparar cosas, entre muchas más. Con la clarividencia pasa lo mismo, solo se trata de reconocer que has sido escogido como canalizador espiritual y eres sensible a las energías y a los mensajes que llegan de los guías espirituales. Nuestra recompensa siempre será la satisfacción interna y la felicidad por haber ayudado a otra persona con este don. Pero, sabemos ¿qué es la clarividencia? ¿cómo funciona? ¿qué percibe un clarividente? Si quieres saber más, a continuación ofrecemos una breve descripción de esta destreza psíquica.

¿Qué es la clarividencia?

La clarividencia es la habilidad que tienen algunas personas de percibir extrasensorialmente diversos conocimientos, circunstancias e informaciones, transmitidos por nuestros guías espirituales. Los mensajes se pueden comunicar por medio de imágenes, colores, sueños, sonidos, premoniciones, entre otros, en ocasiones difusos y en otros bien definidos.

¿Cómo funciona la clarividencia?

Normalmente, esta habilidad espiritual nace con la persona o se adquiere en las primeras etapas de vida. Esto no significa que alguien que no haya nacido con esto no pueda desarrollar este don. Para hacerlo, es importante que el individuo presente una fuerza espiritual tan potente, que siempre lo acerque a este tipo de experiencias o situaciones. Esto es sinónimo de que, internamente, la persona tiene una serie de habilidades psicoespirituales que buscan manifestarse, las cuales, con una guía específica, pueden ser conocidas y comprendidas de  forma efectiva, para poco a poco ser desarrolladas.

El clarividente actúa en estado de receptividad. Es un canalizador de los planos multidimensionales y de las energías que intervienen en estos. Es un ser con una gracia especial, que puede interpretar y decodificar para ti los mensajes que el Universo, tus guías espirituales y demás seres de luz desean comunicarte.

Tipos de clarividencia

La clarividencia es un don espiritual positivo cuando se logra dominar y trabajar de manera voluntaria y consciente de ello, siempre al servicio de los demás. Por otro lado, se torna negativa cuando la persona no puede comprender ni controlar esa fuerza en su interior, ya que esto constantemente le genera un rechazo y frustración, lo que crea una energía de desprecio hacia su don, condicionándolo al confinamiento en la profundidad de su alma y perdiendo la oportunidad de ayudar a otros a través de este.

No todo lo que nos da miedo nos destruye. Debemos ser receptivos a lo que nuestra intuición nos indica.

Clarividente: mi experiencia

Para mí, la clarividencia ha sido una experiencia maravillosa, ya que, a través de este don, he podido reconectar, conocer y ayudar a diversas personas en momentos cruciales de sus vidas. Mi habilidad ha estado conmigo desde mi nacimiento. Siempre he podido ver más allá de lo evidente, sin la necesidad de dejarme vencer por el temor o la no comprensión de esta energía espiritual y sus mensajes.

Desde muy pequeño conté con el apoyo y comprensión, en este plano físico, de mis padres. Ellos, en vez de reprochar o recriminar este don, me brindaron oportunamente claridad, entendimiento y apoyo. Esto, junto con una conexión estrecha con mis guías espirituales, nutrieron mi clarividencia y mis diversos dones, siendo así más sencillo para mí entender la información que me presentan mediante diversas herramientas comunicativas.

Como clarividente puedo ver a los seres que acompañan a las personas (seres de luz, familiares desencarnados o seres del bajo astral), las energías que las rodean (buenas y malas), su esencia misma, afecciones físicas, emocionales y espirituales, el aura, entre otros. Para dominar correctamente este don, se me otorgó también la clariaudiencia, la clariestesia, una intuición hiperdesarrollada y otras facultades que estaré explicando en próximas publicaciones.